Con la idea en plena gestación, lo primero que consiguieron fue el edificio, que por aquel entonces se encontraba detrás de la capilla virgen del Carmen, en pasaje Gutiérrez y Brown, en el cual funcionó el centro durante tres años aproximadamente. En ese tercer año surgió la donación en comodato de la sede actual de Cre-Arte, ubicado en Quaglia 540.
Las expectativas e ideas originales se han modificado sustancialmente, lo que se añoraba era trabajar desde lo educativo con el arte, promoviendo los aprendizajes como una cuestión de adquisición de conocimiento, para la independencia de los alumnos, para que lograran obtener un proyecto de vida autónomo.
A raíz de la experiencia y de las necesidades planteadas por los alumnos que fueran recibiendo tanto los docentes, como los directores, esa idea original cambió de rumbo. En el nuevo enfoque, donde hoy se centran las energías, es en la profesionalización de los grupos de arte, ya que han descubierto la posibilidad cierta de que los alumnos vivan de lo que les sale mejor, la creación artística. “…Lo interesante del arte como planteo en estas personas es que trabajamos desde las capacidades, si bien planteándolo como una escuela de arte estricta, no se podrían explorar ciertas cuestiones que tienen que ver con una escuela de arte, como escuela específica… Sí planteamos la actividad desde el proceso creativo puro, en base a eso vamos construyendo categorías y procesos de aprendizaje que tienen que ver con explotar las capacidades al máximo…”, nos dice Luis Suero.
Al intervenir la racionalidad en ciertos procesos de aprendizaje, se obscurece la enseñanza en esos aspectos, entonces herramientas que a algunos artistas les pueden llegar a servir y que de hecho a muchos les sirven no son aplicables para los alumnos de Cre-Arte. Como nos dice Luis “…al contrario partimos básicamente desde la experiencia creadora y desde ésta le empezamos a dar forma a lo que va surgiendo, nuestra manera de trabajo es estar en constante observación sobre cada una de las personas y viendo cómo se va desarrollando su proceso creativo. Asimismo vamos proponiéndoles a los diferentes alumnos nuevos desafíos…”.
Viajes y Logros
Hoy con 56 alumnos, Cre-Arte es una institución modelo. Manejan su presupuesto desde las donaciones de personas, de empresas y de eventos que ellos mismos generan, además de la cuota de los socios que llegan a más 200. Es importante aclarar que desde sus inicios Cre-Arte ha financiado la diversidad de Talleres, tanto en materiales como en honorarios a docentes a través de las fuentes de financiamiento mencionadas anteriormente. Cre-Arte no cuenta con cargos docentes desde Educación Provincial, situación que genera inestabilidad ante situaciones de crisis o adversidades económicas.
Y, aunque la gran mayoría de las cosas se hacen a pulmón, las gratificaciones cuando llegan son inmensas, como la reciente experiencia de Carlos Bover y Lautaro Iglesias, únicos seleccionados de Argentina para presentar sus trabajos en el festival internacional organizado por Very Special Art en EE.UU. Al respecto Luis nos dice “…en este festival estaban presentes alrededor de 40 países del mundo, y hubo países que no fueron seleccionados que igual participaron. Se hace cada 4 años, es el festival más importante que tiene VSA y reúne a todas las disciplinas. Lo interesante del festival, lo más interesante para nosotros es que nos encontramos con que muchos de los artistas que estaban presentes, y había mas de 300 artistas, muchas de las compañías y muchos de los artistas individuales, eran profesionales, vivían de su arte, que es algo que nosotros pensamos que era muy utópico, pero en realidad nos dimos cuenta que no lo es tanto…”.
Parece una realidad casi ficcionaria que en un país como el nuestro, un artista pueda vivir de su arte, pero por qué no soñar, por qué no trabajar para ello. Luis nos cuenta al respecto “…pocos artistas pueden vivir del arte, pero sí en otras partes del mundo que no necesariamente son del primer mundo. Estuvimos charlando con dos grupos de Brasil, que son profesionales, estuvieron en el festival, hicieron sus presentaciones que estaban pagadas, que luego se iban a New York…”.
Lo impresionante, que debería llenar de orgullo a los barilochenses, es lo bien representados que estuvimos por Carlos y Lautaro, que lograron entrar en las categorías de artistas profesionales. Fueron los únicos seleccionados del país cosa que llena de orgullo a todo Cre-Arte, pero que redobla el compromiso que se debería hacer extensivo a toda nuestra sociedad.
En cuanto al viaje de los artistas y sus conclusiones, Luis nos cuenta “…fue muy intenso, fue una experiencia muy intensa para los tres, Carlos estuvo en todo momento como en una explosión y una avidez total por lo que estaba pasando. Lautaro tenía una cosa de captar todo introspectivamente, en el viaje de vuelta me dice: quiero hacer un cuadro que se pueda conectar unos auriculares y que se pueda escuchar. Había estado charlando mucho con artistas plásticos ciegos y se ve que le impactó, me pareció fabuloso, la idea y la síntesis que hizo de todo, porque en realidad eso es una síntesis muy importante. Y para mí ver… como acá en Bariloche somos los únicos, somos los primeros, ver nítidamente que no somos los únicos en el mundo. Que no nos podemos bajar del caballo, que a los chicos les hizo bien, encontrar otros artistas, poder compartir con otros artistas con discapacidad y a un mismo nivel. Poder participar en un evento a nivel internacional marca la diferencia entre lo que se plantea como formas de trabajo para personas con discapacidad. Hasta este momento se han planteado actividades en donde la competitividad de la persona con discapacidad era muy escasa o nula. Actividad que tenía que ver desde lo laboral con producciones pequeñas, con llenado de bolsitas, armado de pañales, cosas muy básicas, y donde no intervienen las capacidades o pequeñas capacidades. Yo creo que este espacio del arte, y en este festival nosotros lo vimos por lo menos muy vívidamente, el espacio del arte no solamente desarrolla capacidades y vos podés plantear a partir de las capacidades la posibilidad de que se sienten el artista con discapacidad frente al artista sin discapacidad desde el mismo lugar, desde el mismo nivel. Hecho que a Carlos y Lautaro por ejemplo les devuelve dignidad, les devuelve un lugar en el mundo, les devuelve la posibilidad de que la mirada del otro se centre no en su dificultad sino en sus capacidades…”.